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viernes, 9 de abril de 2010

COMO LEER LOS CONTADORES DOMOCILIARIOS


Con un mínimo de conocimientos y cálculos sencillos, incluso con una buena precisión, podemos responder a muchas interrogantes en relación con el consumo doméstico de energía eléctrica, con sólo disponer de un reloj con secundario, un poco de tiempo y hacer uso inteligente del metrocontador.


Con esos elementos podemos realizar una investigación energética en el ámbito familiar, que nos permita conocer el consumo eléctrico en general y la demanda de cada uno de los equipos eléctricos que utilizamos diariamente. Sólo necesitamos aprender algunos procedimientos, aplicar ciertas fórmulas sencillas y realizar algunos cálculos numéricos.

tal vez olvidados, pero que utilizamos frecuentemente cuando estudiamos en los niveles de Primaria y Secundaria.

Más difícil puede resultar aprender a identificar las unidades de medida del consumo de energía eléctrica y de la potencia demandada. Comencemos por esta última.

Definiciones
La potencia es la rapidez con que se consume o produce energía o, por analogía con la velocidad, es una cantidad de energía por unidad de tiempo, aunque esta unidad no aparezca explícita por ningún lado, tal como sucede con el nudo como unidad de velocidad: una milla marítima por hora (1,85 km/h).

La unidad de potencia es el watt, cuyo símbolo es W, que equivale al consumo de un joule (símbolo J) en un segundo. Para que se tenga una mejor idea, 1 W es la potencia aproximada de un pequeño bombillo de linterna de bolsillo. Un tubo de luz fluorescente mediano tiene entre 18 y 20 W; un televisor Panda, alrededor de 60 W; y una plancha eléctrica, entre 700 y 1 200 W. Una potencia de 1 000 W es lo mismo que un kilowatt
(1 kW).


Antes de continuar se debe aclarar que según la norma vigente del Sistema Internacional de unidades (SI), los nombres de unidades siempre se escriben en minúscula, en singular y sin punto final. Pero sus símbolos se escriben con mayúscula, si el nombre resulta de un apellido, como en el caso del watt, que proviene de James Watt, el famoso inventor de la máquina de vapor; o del joule, que hace honor al físico británico James Prescott Jou

le, quien verificó experimentalmente la ley de conservación de la energía. En el caso del prefijo kilo, se abrevia siempre con k minúscula.

Las cantidades de energía consumida o entregada se obtienen multiplicando la potencia del equipo por el tiempo durante el cual trabaja. Si la potencia se expresa en W y el tiempo en segundos, el producto (cantidad de energía) queda en J. De esta forma, un bombillo de 20 W que trabaja durante sesenta segundos debe consumir 20 W x 60 s = 1 200 J.

Debido a que el joule es una cantidad muy pequeña para la mayoría de los casos prácticos, frecuentemente se usa una unidad que es de 3 600 000 veces mayor, que resulta de multiplicar la potencia en kW por el tiempo en horas, en lugar de segundos. Esta unidad recibe el nombre de kilowatt-hora o kWh (debe leerse así: kilowatthora y no kilowatt por hora).

De esta manera, una plancha de 1 200 W (1,2 kW) que trabaja durante dos horas consume 1,2 kW x 2 h = 2,4 kWh.


En esta unidad se contabiliza la energía que nos suministra la Unión Nacional Eléctrica (UNE), y que se mide mediante un instrumento que tenemos en nuestras casas llamado metrocontador, o simplemente contador, y cuyo principio de funcionamiento tiene en cuenta tanto la potencia que pasa por él, como el tiempo durante el que ocurre ese paso. La medición combinada de ambos efectos produce un movimiento acumulativo que se registra en un conjunto de cifras numéricas que conforman un número: la indicación o lectura del contador. Esa lectura es la cantidad de kilowatt-hora que han pasado por ese instrumento desde que se instaló en ese lugar (en el supuesto de que estuviera en 00000 en el inicio). Y la diferencia entre dos lecturas cualesquiera es la cantidad de energía en kilowatt-hora que ha pasado por el contador durante ese período.

Medición del consumo
El personal de la UNE lee normalmente el contador una vez al mes, de ahí que la diferencia entre dos lecturas consecutivas representa el consumo en kilowatt-hora en ese tiempo, o sea, un mes. Esto se puede comprobar al observar con atención los recibos de cobro del servicio eléctrico, donde se refleja la lectura, la fecha, el consumo del mes en kilowatt-hora y su valor monetario. No obstante, cada persona puede hacer las lecturas con la frecuencia que desee, por lo que estará en condiciones de seguir o monitorear el consumo cada semana, cada día, e incluso durante el día en intervalos regulares o no. Si se divide el consumo determinado por las lecturas, por la cantidad de horas transcurridas entre una y otra lectura, se obtiene la potencia media o promedio de ese intervalo de tiempo.
Tabla 2. Cálculo del valor que debe pagar
un usuario que consuma 350 kWh en un mes

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